Batalla en pista: BMW M2 CS contra Toyota GR Yaris y Fiesta ST

¿Qué ocurre realmente cuando pides a tres vehículos completamente diferentes con aspiraciones deportivas similares y reputaciones de primera clase que se enfrenten en una pista de carreras? Mat Watson envió a tres estrellas fugaces de clases de precio completamente diferentes -el Ford Fiesta ST, el Toyota GR Yaris y el BMW M2 CS- a competir juntos en un circuito, sin tener en cuenta los límites habituales de los segmentos. ¿Buscas una furgoneta segunda mano? En furgonetas de ocasión Crestanevada las encontrarás al mejor precio.

 

Lo desigual que es la batalla a tres bandas no se discute ni un segundo: el Ford Fiesta ST de 22.690 euros es uno de los coches pequeños más deportivos de nuestro tiempo y, con 200 CV, desde luego no es débil de pecho, pero comparado con el Toyota GR Yaris de 261 CV, le falta un poco de garra. Además, el Yaris con genes de rally ha convertido a los japoneses en una auténtica potencia entre los coches pequeños deportivos, por así decirlo desde el principio, porque el placer de conducción disponible al precio de 33.200 euros es obviamente desorbitado.

 

El BMW M2 CS, que como sabemos es el modelo superior de la primera generación M2, vuelve a estar en otra liga. El bávaro nunca arrancó con menos de 370 CV y nunca costó menos de 56.700 euros, lo que ya lo sitúa por encima de sus rivales en esta comparación. Como BMW M2 CS, sin embargo, la situación vuelve a ser completamente diferente, porque aquí el deportivo compacto de Múnich llega incluso con 450 CV y componentes de aún más alta tecnología que sus hermanos mayores M3 y M4. Sin embargo, éste también tiene un precio que se sale de la media en comparación con el Fiesta ST y el GR Yaris: 95.000 euros de precio base también casi bastarían para tres Toyota GR Yaris e incluso más de cuatro Ford Fiesta ST.

 

Sin embargo, hace tiempo que se sabe que el placer de conducir no es una cuestión de tamaño, precio o potencia del motor. Pero cuando se trata de tiempos por vuelta contundentes, sigue sin haber forma de evitar la tecnología cara. Mat Watson muestra lo pequeña o grande que es la diferencia de rendimiento en la pista de carreras: